sábado, 29 de marzo de 2014

acuarelas creciditas para el Jardín de Pulgarcito







 Acabo de publicar un post en el que cuento que estoy aun cacareando por haber pintado unas cuantas acuarelitas para "el jardín de Pulgarcito" Unas cuantas son casi 100, que no está mal para una sentada  aunque sean de un tamaño no muy grande (24 x 32)  pero lejos de darme por satisfecho me sentí aún con fuerzas y confianza para hacer una ambiciosa hermana mayor y aprovechando un papel de 110 X115 me puse a la tarea de pintar otro almendro. (digo "otro" porque soy recurrente con el tema: véase en este blog "almendros para combatir febrero")

Por desgracia al cambiar de escala las cosas no fueron igual de bien y el resultado quedó un poco soso, me parece a mí. Cuando se quiere trabajar de forma espontánea la línea que separa la sencillez de la simpleza es difícil de señalar...a priori. Pero en el resultado se hace evidente: en una hay magia y en la otra aburrimiento.




Pero no hay que achicarse. Habiendo fracasado en el primer intento, decidí aprovechar el impulso para seguir jugando y a ver qué pasaba: Después de todo nunca he sido ortodoxo utilizando la acuarela así que no perdía nada si intentaba probar "loquefuera". Este es el resultado final:





 Entre prueba y prueba, como aún me quedaba otro papel del mismo tamaño me puse por no ejercitar la paciencia con otro intento ambicioso; esta vez eligiendo como tema los arbustos de forsythia que tan explosivamente florecen en esta época.





 Amarillo sobre amarillo ¡Qué difícil!... pero qué divertido. Sin embargo divertirse no es garantía de nada.





Así que otra vez a ver qué pasa. A ver hasta donde me deja llegar la acuarela y lo poquito que me se manejar con ella. Y fue hasta aquí:



venga, vamos a probar con un "red Robín" a ver si se deja.



Y sí: se dejó. Esta vez a la primera, creo yo:


Muchas gracias a mi amigo Adrián que me trajo estos pigmentos de La India con los que me he hecho mis propios colores a la acuarela. Conste que me ha dado pena

viernes, 28 de marzo de 2014

algunas acuarelas para el jardín de pulgarcito














El otro día estuve en el jardín Botánico de Madrid para darle la bienvenida a la nueva primavera. Cualquier lugar es adecuado para esto pero un jardín es especialmente simbólico y este es doblemente especial. Si no lo conoces no sé a qué esperas. 
 
 


Mi vida actual no me permite pasar todas las horas que me gustaría paseando y observando con calma, así que para compensar procuro darme un atracón con todo lo que me rodea y luego en el estudio  revisar tranquílamente  lo que he visto.
 
 

Para esto me sirvo de las acuarelas.
 
 

En realidad esto que estás viendo ya no son flores ni hojas. Son otra cosa: son acuarelas. 
 
 

He hecho una pequeña exposición con todas ellas y escribí el siguiente párrafo para acompañarlas:
 
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Estas acuarelas son parte de una serie siempre inconclusa que se llama "El jardín de Pulgarcito".
También incluye pinturas, grabados, fotografías y algún dibujo. Son trabajos en diferentes técnicas, formatos, tamaños y soportes que mantienen en común el cariño y la admiración hacia la Naturaleza en forma de la vida callada de las plantas y más en concreto : de las plantas de jardín. Su cercanía nos ofrece siempre un pequeño y discreto refugio de sosiego. Es por esto, supongo, que para dar nombre a estos trabajos se me ocurrió el de Pulgarcito, héroe pequeño, inteligente,alegre y tenaz; que mantenía en su corazón el calor del hogar. 
 
 





sábado, 15 de marzo de 2014

retratos para otros ( y 4 )







Me gusta enormemente que me encarguen un retrato por más que también me genere bastante ansiedad. Han pasado los años y a fuerza de trabajar y exponerme estoy bastante seguro de salir airoso: Pero aún así...Hacer un retrato me parece una enorme responsabilidad: se trata de trasponer todo lo más que se pueda de una persona en una imagen y hacer que viva y palpite en la misma sintonía que el modelo. En resumen: un imposible. Pero intentarlo es fascinante. A veces me parece que soy el Aprendiz de Brujo coqueteando con  magia.



Creo que para muchas personas exponerse a un retrato es algo que les hace sentirse incómodas. Lo entiendo muy bien. No se trata sólo de estar más o menos conforme con uno mismo - que también – sino sobre todo de  estar a gusto con la persona que te va  a retratar y confiar en ella.  Por eso cuando voy a hacer un retrato de encargo me esfuerzo mucho en dar seguridad a quien viene a mí y establecer una comunicación que sirva para que el retrato lo podamos hacer entre los dos. Un retrato puede ser una colaboración si así se ha decidido. 

.




Hay artistas a los que esto no les interesa en absoluto. Lo que desean es poder expresarse a través del retrato: Comprendo y comparto este proceder  y admiro muchos de los resultados que se consiguen así. Si a una persona que quiere un retrato le gusta mucho el trabajo de este tipo de artista puede ir directamente y decirles: “quiero un retrato tuyo, haz conmigo lo que te parezca bien”.



 
.


Esto es extraordinario para el artista.


Pero a mí  también me gusta ponerme al servicio de quien si supiera o pudiera se haría su propio retrato; mas careciendo de los recursos del oficio, está obligado a ponerse en manos de quien sí los tiene. Ahí es cuando entra en juego la comunicación y una confianza que hay que ganarse. Francamente: también esto me gusta. 

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Naturalmente que nadie viene y te dice lo que quiere así: de buenas a primeras. Muchas veces porque aunque tenga una idea bastante clara, no sabe cuál es el lenguaje para expresarse. Otra vez es cuestión de oficio. También puede ser que le parezca un poco grosero pretender imponerse o anular la creatividad del artista: a uno lo que le gustaría es que el artista hiciera lo que uno quiere; pero porque el artista también lo desea así. La verdad es que cuando hago un retrato de encargo es justamente eso lo que quiero. No me cuesta nada ponerme en el lugar de la otra persona e ir a por ese retrato porque es lo que yo quiero también.

.




Pero no tengo telepatía, ni ciencia infusa , así que casi siempre, después de hablar, saco unas cuantas fotos y hago dibujos que le pueda enseñar a mi modelo-cliente y así podemos visualizar y prever el resultado más fácilmente que con palabras.



Me importa mucho que queden contentos porque  me parece que quien tiene la ilusión y está dispuesto a pagar por ella también tiene que tener la misma o más ilusión que yo. Esto ha sido así al punto de enmendar o cambiar sobre la marcha aspectos de la pintura en proceso. Me gusta permitir al cliente que venga al estudio a opinar; aunque también hay quien prefiere la sorpresa final.


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. En este post muestro algunos de los retratos que he venido haciendo desde que me sentí más o menos conforme con lo que era capaz de hacer. También he querido que vierais algunas de las fotos y dibujos de las que me serví y que a veces me parece que están a la altura del resultado final.

 


Buscando entre mis archivos el material para editar este post me he dado cuenta de que hay mucho más de lo que me esperaba y que no me apetecía mucho dejar de lado. Así que voy a editar el post con el mismo texto pero cambiando las imágenes porque lo que digo vale tanto para unas como para otras y no me quiero extender en detalles ni anécdotas de cada cuadro.


A pesar de que muestro bastantes obras me dejo aún más en  reserva. No he querido ser reiterativo y tampoco publico obras para las que no cuento con el permiso de sus actuales propietarios. Esto es por si echas en falta tu cuadro.



Y por si echas en falta aún más información puedes mirar en otros post publicados en este blog bajo la etiqueta “retratos” Yo te recomiendo especialmente “la mujer más bella del mundo” “pinturas como nosotros” “retrato de Celia” o “peripatético”

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retratos para otros ( 3 )







Me gusta enormemente que me encarguen un retrato por más que también me genere bastante ansiedad. Han pasado los años y a fuerza de trabajar y exponerme estoy bastante seguro de salir airoso: Pero aún así...Hacer un retrato me parece una enorme responsabilidad: se trata de trasponer todo lo más que se pueda de una persona en una imagen y hacer que viva y palpite en la misma sintonía que el modelo. En resumen: un imposible. Pero intentarlo es fascinante. A veces me parece que soy el Aprendiz de Brujo coqueteando con  magia.

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Creo que para muchas personas exponerse a un retrato es algo que les hace sentirse incómodas. Lo entiendo muy bien. No se trata sólo de estar más o menos conforme con uno mismo - que también – sino sobre todo de  estar a gusto con la persona que te va  a retratar y confiar en ella.  Por eso cuando voy a hacer un retrato de encargo me esfuerzo mucho en dar seguridad a quien viene a mí y establecer una comunicación que sirva para que el retrato lo podamos hacer entre los dos. Un retrato puede ser una colaboración si así se ha decidido.





Hay artistas a los que esto no les interesa en absoluto. Lo que desean es poder expresarse a través del retrato: Comprendo y comparto este proceder  y admiro muchos de los resultados que se consiguen así. Si a una persona que quiere un retrato le gusta mucho el trabajo de este tipo de artista puede ir directamente y decirles: “quiero un retrato tuyo, haz conmigo lo que te parezca bien”



 Esto es extraordinario para el artista.




Pero a mí  también me gusta ponerme al servicio de quien si supiera o pudiera se haría su propio retrato; mas careciendo de los recursos del oficio, está obligado a ponerse en manos de quien sí los tiene. Ahí es cuando entra en juego la comunicación y una confianza que hay que ganarse. Francamente: también esto me gusta.








Naturalmente que nadie viene y te dice lo que quiere así: de buenas a primeras. Muchas veces porque aunque tenga una idea bastante clara, no sabe cuál es el lenguaje para expresarse. Otra vez es cuestión de oficio. También puede ser que le parezca un poco grosero pretender imponerse o anular la creatividad del artista: a uno lo que le gustaría es que el artista hiciera lo que uno quiere; pero porque el artista también lo desea así. La verdad es que cuando hago un retrato de encargo es justamente eso lo que quiero. No me cuesta nada ponerme en el lugar de la otra persona e ir a por ese retrato porque es lo que yo quiero también.





Pero no tengo telepatía, ni ciencia infusa , así que casi siempre, después de hablar, saco unas cuantas fotos y hago dibujos que le pueda enseñar a mi modelo-cliente y así podemos visualizar y prever el resultado más fácilmente que con palabras.
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Me importa mucho que queden contentos porque  me parece que quien tiene la ilusión y está dispuesto a pagar por ella también tiene que tener la misma o más ilusión que yo. Esto ha sido así al punto de enmendar o cambiar sobre la marcha aspectos de la pintura en proceso. Me gusta permitir al cliente que venga al estudio a opinar; aunque también hay quien prefiere la sorpresa final.







. En este post muestro algunos de los retratos que he venido haciendo desde que me sentí más o menos conforme con lo que era capaz de hacer. También he querido que vierais algunas de las fotos y dibujos de las que me serví y que a veces me parece que están a la altura del resultado final. 

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Buscando entre mis archivos el material para editar este post me he dado cuenta de que hay mucho más de lo que me esperaba y que no me apetecía mucho dejar de lado. Así que voy a editar el post con el mismo texto pero cambiando las imágenes porque lo que digo vale tanto para unas como para otras y no me quiero extender en detalles ni anécdotas de cada cuadro.


A pesar de que muestro bastantes obras me dejo aún más en  reserva. No he querido ser reiterativo y tampoco publico obras para las que no cuento con el permiso de sus actuales propietarios. Esto es por si echas en falta tu cuadro.




 


Y por si echas en falta aún más información puedes mirar en otros post publicados en este blog bajo la etiqueta “retratos” Yo te recomiendo especialmente “la mujer más bella del mundo” “pinturas como nosotros” “retrato de Celia” o “peripatético”

retratos para otros ( 2 )








Me gusta enormemente que me encarguen un retrato por más que también me genere bastante ansiedad. Han pasado los años y a fuerza de trabajar y exponerme estoy bastante seguro de salir airoso: Pero aún así...Hacer un retrato me parece una enorme responsabilidad: se trata de trasponer todo lo más que se pueda de una persona en una imagen y hacer que viva y palpite en la misma sintonía que el modelo. En resumen: un imposible. Pero intentarlo es fascinante. A veces me parece que soy el Aprendiz de Brujo coqueteando con  magia.



Creo que para muchas personas exponerse a un retrato es algo que les hace sentirse incómodas. Lo entiendo muy bien. No se trata sólo de estar más o menos conforme con uno mismo - que también – sino sobre todo de  estar a gusto con la persona que te va  a retratar y confiar en ella.  Por eso cuando voy a hacer un retrato de encargo me esfuerzo mucho en dar seguridad a quien viene a mí y establecer una comunicación que sirva para que el retrato lo podamos hacer entre los dos. Un retrato puede ser una colaboración si así se ha decidido. 









Hay artistas a los que esto no les interesa en absoluto. Lo que desean es poder expresarse a través del retrato: Comprendo y comparto este proceder  y admiro muchos de los resultados que se consiguen así. Si a una persona que quiere un retrato le gusta mucho el trabajo de este tipo de artista puede ir directamente y decirles: “quiero un retrato tuyo, haz conmigo lo que te parezca bien”





Esto es extraordinario para el artista.





Pero a mí  también me gusta ponerme al servicio de quien si supiera o pudiera se haría su propio retrato; mas careciendo de los recursos del oficio, está obligado a ponerse en manos de quien sí los tiene. Ahí es cuando entra en juego la comunicación y una confianza que hay que ganarse. Francamente: también esto me gusta.







Naturalmente que nadie viene y te dice lo que quiere así: de buenas a primeras. Muchas veces porque aunque tenga una idea bastante clara, no sabe cuál es el lenguaje para expresarse. Otra vez es cuestión de oficio. También puede ser que le parezca un poco grosero pretender imponerse o anular la creatividad del artista: a uno lo que le gustaría es que el artista hiciera lo que uno quiere; pero porque el artista también lo desea así. La verdad es que cuando hago un retrato de encargo es justamente eso lo que quiero. No me cuesta nada ponerme en el lugar de la otra persona e ir a por ese retrato porque es lo que yo quiero también.



 
carla y sus hijos

Pero no tengo telepatía, ni ciencia infusa , así que casi siempre, después de hablar, saco unas cuantas fotos y hago dibujos que le pueda enseñar a mi modelo-cliente y así podemos visualizar y prever el resultado más fácilmente que con palabras.





Me importa mucho que queden contentos porque  me parece que quien tiene la ilusión y está dispuesto a pagar por ella también tiene que tener la misma o más ilusión que yo. Esto ha sido así al punto de enmendar o cambiar sobre la marcha aspectos de la pintura en proceso. Me gusta permitir al cliente que venga al estudio a opinar; aunque también hay quien prefiere la sorpresa final.

.







. En este post muestro algunos de los retratos que he venido haciendo desde que me sentí más o menos conforme con lo que era capaz de hacer. También he querido que vierais algunas de las fotos y dibujos de las que me serví y que a veces me parece que están a la altura del resultado final. 







Buscando entre mis archivos el material para editar este post me he dado cuenta de que hay mucho más de lo que me esperaba y que no me apetecía mucho dejar de lado. Así que voy a editar el post con el mismo texto pero cambiando las imágenes porque lo que digo vale tanto para unas como para otras y no me quiero extender en detalles ni anécdotas de cada cuadro.

.







A pesar de que muestro bastantes obras me dejo aún más en  reserva. No he querido ser reiterativo y tampoco publico obras para las que no cuento con el permiso de sus actuales propietarios. Esto es por si echas en falta tu cuadro.



Y por si echas en falta aún más información puedes mirar en otros post publicados en este blog bajo la etiqueta “retratos” Yo te recomiendo especialmente “la mujer más bella del mundo” “pinturas como nosotros” “retrato de Celia” o “peripatético”

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