viernes, 30 de agosto de 2013

memoria

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Hace algunos años, no muchos, me ofrecieron exponer en una galería que proyectaba abrirse en Barcelona. Contesté que sí sin pensarlo porque Barcelona tiene  pocos recuerdos para mí  pero todos de mucha intensidad. Era bonito  tener una excusa para volver y recordar.  Al cabo de unos  meses pude ir a visitar las obras de la futura galería. Aún era verano,  llegué por la tarde y   busqué alojamiento en el barrio  de donde vienen  mis recuerdos: el barrio de La Barceloneta, junto al mar. Ganas tenía de asomarme a verlo, sin embargo, lo que quedaba del día tuve que ocuparlo en gestiones y se me hizo de noche. Pero no me importó: en los viajes me gusta llegar cuando oscurece, sentir la presencia  del sítio sin poderlo ver, y amanecer temprano a descubrir donde he llegado antes de que el lugar note que estoy allí. Por eso ni bien salía el sol  me acerqué al paseo marítimo, bastante emocionado,  para asomarme al mar.

El  reencuentro me colmó.

Cuando volví a mi casa, a mi estudio y a mi vida... me puse enseguida a pintar. No había tomado fotos; no en ese momento porque providencialmente me había olvidado la cámara, así que pinté con la memoria que me iba indicando si el color era acertado, si la luz  la misma que ponía, si el espacio era el que era.

Capas de memoria sobre capas de pintura, una y otra vez, hasta escuchar en una  misma voz: “¡suficiente!”





a kike.








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jueves, 29 de agosto de 2013

postales de playa







Postales de playa

En el último post estuve divagando,  o desvariando, sobre el final del verano y  el sentimiento de pérdida que luce de lo más bonito en la pechera de los nostálgicos, en cuyas filas busco cobijo a veces con disimulo y a veces sin ningún  recato.







Sin embargo, cuando ya llevo un rato sumergido hasta las cejas en la melancolía, decido que no me gusta esa actitud decadente, quizás porque la conozco demasiado bien, y es por eso que terminé el escrito con una confiada vuelta de tuerca... y no añado más para no hacerme “spoiler”.



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La cuestión es que me fascina que puedan sostenerse las bondades de una argumentación y las de la contraria.








Hace tiempo que no sólo filósofos, pensadores e intelectuales, sino también científicos de toda índole desde físicos a neurobiólogos se han apuntado al carro del “color con que se mira”. Por algo será.








Al principio se decía que la memoria es un proceso de selección; que acontecimientos intrascendentes o muy pesados son borrados de la  memoria o al  menos del relato consciente con el que trazamos nuestra biografía.








Pero ahora se viene aún más cerca y es incluso el momento presente el que modelamos según nos lo contamos con unas u otras palabras. Por simplificar: lo del vaso medio lleno o medio vacío que toda la vida se ha dicho.







Puestos a elegir prefiero colocarme del lado de los que teniendo sed, algo tendrán para echarse al gaznate;  aunque reconozco que las veces que la vida se obstina en atragantárseme, me cuesta no toser, lo mismo que al más pintado.








¡Y ahí quería yo llegar: al más pintado!  A reivindicar que antes de que científicos y filósofos se pusieran de acuerdo, antes mucho antes de “La Vida Es Sueño” los pintores y dibujantes desde las  cavernas y ya sabían que tenían que elegir para poder pintar.




Construimos nuestra realidad por las decisiones que tomamos. Sencillamente no podemos poner en un lienzo o en un papel (o en una pared de piedra) todo lo que sabemos o intuimos que está ahí.







Pintar o dibujar no es pericia manual, no sólo... casi apenas...  Es cuestión de distinguir entre todo lo que la realidad te ofrece qué es lo que estás viendo.


Pregunta luego porqué... si quieres.



 


miércoles, 28 de agosto de 2013

Agosto se termina



 
playa



 28 de Agosto. 8 de la mañana 

Agosto se termina. Se lo lleva agarradito de la mano la Nostalgia que acompaña al Tiempo que se nos va. Especialmente cuando se trata de un Tiempo que sabíamos que llegaba para no quedarse. Agosto es una visita que se queda un mes. ¿Es suficiente? Basta el primer día nublado para tener la certeza de que no.


Se tiende  a reparar en el paso del Tiempo en momentos como estos. En los aniversarios, con el cambio de año, con el paso de una estación a otra... hasta los domingos por la tarde nos dejan su pellizco. Cualquier cosa para la que podamos anticipar un  final nos dejará un pocito de tristeza en el ánimo.


Pero ninguna es  comparable a la que crea el contraste entre el esplendor del primer día de playa con  la bruma del primer día gris, cuando nos decimos muy bajito: “se acaba el verano”


Hay momentos y espacios que tienen un emplazamiento físico y otro, aún más poderoso, emocional. La playa, el verano, las vacaciones... comparten un mismo ámbito en mi imaginario; y creo que tambien en el de muchos.  Quizás sea una impronta que nos dejó la infancia. Da igual. Yo no puedo separarlos ni encuentro sentido en hacerlo. Ahora hay veranos en los que no hay vacaciones, ni playa.  Se en cambio que puede haber  playas fantásticas en pleno invierno  y , en fin: que hay posibilidades y variaciones mil.


Pero sigue prevaleciendo en mi ánimo la del horizonte intensamente luminoso del tiempo en el que la principal actividad será estar con uno mismo desnudo frente al mar.

Especialmente el primer día

Aún cuando desde ese primer día aventuremos el final.

Y sin embargo... ¿podemos decir que algo se termina cuando tan solo se interrumpe? El próximo verano o aún antes: la próxima vez que en nuestro recuerdo convoquemos los significados que tienen  la playa, la ilusión, las vacaciones, incluso la nostalgia....  tan sólo hay que detenerse y  rememorar. ¿Acaso perdemos lo que una vez vivimos?

domingo, 25 de agosto de 2013

tan solo










Hace unos años en una primaveral mañana de domingo, estaba yo sentado en un banco ojeando la prensa. La perra a mis pies y los pájaros en los árboles, todo perfecto y en calma. Sin embargo al cabo de un rato me giré por instinto pues advertí a mis espaldas una presencia.


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Y sí:  había alguien. Dos personas, un hombre y una mujer. Jóvenes y, por la forma en la que se sostenían las manos, enamorados. ¡Ah! y puede que para lo que voy a contar tenga importancia o puede que no, aunque a mí me resulta significativo:  eran orientales. Posiblemente japoneses o coreanos.






Claramente no estaban a mis espaldas por nada que tuviera que ver conmigo. Se habían acercado con extrema cautela para no molestar a una familia de patitos recien nacidos y a su madre que nadaban en el estanque, detrás del banco donde yo estaba sentado. Ambos jóvenes portaban cámaras de aspecto importante pero no hicieron ningún amago de utilizarlas. Símplemente estaban allí y observaban. Dejaban que la escena les empapara y verdaderamente al cabo de un rato de estar allí, daba la impresion de que  formaban todos parte del mismo misterio. Quizás yo tambien.





Ese momento duró lo que tardamos en ser descubiertos por un grupito familiar que, al ver los patos se vinieron en montonera, gritando exitadísimos los unos a los otros "¡mira, mira, patos, patitos,corre, corre, saca una foto corre, de recuerdo, corre!





¿¡De recuerdo!?





¿De recuerdo de qué?.

 Por supuesto que los patos salieron zumbando y no les dió tiempo de sacar la foto. Una pena. Los novios orientales se miraron y encogiendose de hombros se alejaron con la misma discrección que llegaron y yo volví a los dominicales.





Puede que esta sea una historia banal pero me parece que ilustra a la perfección el uso disfuncional que muchos hacemos de la fotografía





Me incluyo. Me las estoy dando de super sereno y calmado pero es sólo a falta de cámara. Me temo que con una en las manos estoy más cerca de la familia gritona que de los atentos orientales.






Y no sé porqué es. No sé de donde procede esa ansiedad por atesorar recuerdos que no me he dado el tiempo de vivir.





Sólo se que la Belleza a veces se presenta de forma tan inesperada que desconcierta y tan intensa que deslumbra. Llevarse la cámara a los ojos es como un gesto de protección.Saco una foto y  es como si me dijera: "Ya me haré cargo de esto cuando tenga tiempo" "ya me haré cargo de esto cuando pueda asimilarlo"







Ocurre que si por casualidad te das ese tiempo encuentras que sólo tienes unas fotos... tan solo.












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Vivir con Cuadros





"Vivir con Cuadros" es una frase que evoca mucho y no dice nada. Es un truco que funciona al poner juntos  un verbo y un sustantivo. " Crer en  Dios" o "Tomar viento" por usar las tres terminaciones... Digamos que no se posicionan. Uno no sabe qué puede haber detrás y está bien caer en la cuenta de que sólo son frases hechas cuyo sentido damos por sentado y por tanto ser causa  de un mal entendido.





¿Qué tiene esto que ver con el blog? Bueno... "Vivir con Cuadros" estuvo cerca de ser el título y  me quedó presente porque me di cuenta entonces de que no se  qué significado le doy yo mismo. Y quizás debería saberlo porque soy pintor y convivo con mis cuadros y me gusta. Y porque también me gusta preguntarme cosas aunque no llegue a ninguna parte o, aún más desconcertante, a donde llegue no me agrade.








Por lo que llevo pensado, "Vivir con Cuadros" también tiene significados posibles según las épocas, las culturas y por supuesto la clase social. Pero nada de esto me interesa para aquí. No por nada, salvo porque esto no es una tésis; tan sólo un blog. Me interesan las resonancias que pueda tener en personas cercanas a mí, personas que son mi marco de referencia; que pienso que pueden entender lo que hago y disfrutar de ello lo mismo que yo. Vamos: que estoy pensando en mí; pero no te retires, a lo mejor coincidimos.







Conocí a una persona que por motivos profesionales cambiaba contínuamente de ciudad y por lo tanto de domicilio. No tenía muebles y apenas una maleta para la ropa; pero tenía un cuadro. Lo primero que hacía cada vez que estrenaba hogar era buscar un buen sítio para colgar su cuadro y disfrutar de él.






Otras  muchas personas por el contrario, tienen por compañia cuadros que no les gustan pero que "deberían" gustarles y hasta se acostumbran y convencen. Otras prefieren no tener nada porque piensan que se cansarían o porque no les gusta "decorar" o porque todavía no han encontrado lo que buscan o porque no tienen dinero para adquirirlo. Me solidarizo con estas últimas. A veces pienso que me he hecho pintor para poder convivir con cuadros que me gusten y a los que pueda tener acceso.







Pero no me ha salido muy bien la jugada. Es muy difícil pintar un cuadro que a uno le guste al 100% y que no me provoque  el quitar  tal cosa o cambiar tal otra. Afortunadamente  estoy aprendiendo a que para vivir con mis cuadros tengo que  aceptarlos igual que hay que hacer con las personas queridas; esto es :  también con sus defectos. Si lo consigues el cuadro - y la persona- te dejarán entrar.







Se puede entonces vivir una segunda vida que es como una extensión de la tuya que se hace a propuesta del otro. Como en la película "Mary Poppins" cuando entran en el parque que está pintado en la baldosa del suelo y encuentran la palabra "supercalifragilísticoexpialidoso". Más no es evasión . La evasión tiene por meta el que te olvides de quien eres. Esto, por el contrario, lo intensifica. En un tiempo que es el del cuadro, que es  presente contínuo. Porque los cuadros están siempre ahí ...para ofrecerte una nueva experiencia de contemplación cuando quieras.










Y ¿sabes qué es lo mejor de todo? lo mejor de todo es que no necesitas "tenerlos" para vivir con ellos. Basta con saber que existen. No es que no quisiera tener "la Primavera" o cualquier Vermeer, o casi cualquier Hockney o los "Pinos en la Niebla" o tantos y tantos...Ocurre afortunadamente que una vez que los has visto, incluso en una foto, sabes que cada vez que acudas a ellos te dejarán entrar . Siempre.











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sábado, 24 de agosto de 2013

La Mujer Más Bella Del Mundo

Eloísa V. es la mujer más bella del mundo. Se que esto suena  ridículo y grandilocuente, y se que además es falso, pues tal título no  puede corresponder a nadie... pero me da igual y ni puedo ni quiero evitar que cada vez que en mi memoria la presencia de Eloísa (Elo) se concita, esta frase, como una coda, acompañe su recuerdo. Hace más de diez años que no veo a Elo. Más o menos los mismos años que he tardado en pintar este cuadro. Cuando por fín terminé su retrato y le mandé la foto, me contestó muerta de la risa que ya no era la mujer en la que me había inspirado para hacer la pintura. Ahora estaba contenta con su trabajo, felizmente casada y tenía dos niños. Me alegré porque  era lo que siempre había querido para sí misma  y  que estuvo a punto de no conseguir, en gran medida por culpa de su belleza.  Esta es la historia del retrato de una persona que ya no existe.



                                                                               la mujer más bella del mundo



Como no tengo ningún derecho a contar la historia de nadie sin su consentimiento, menos aún cuando la historia que yo conozco es parcial y casi seguro que reinventada, me voy a limitar a seguir los pasos del cuadro que en su primera version no es este que está sobre estas líneas, sino este otro que está debajo





elo en mi estudio





Muy diferente, ¿verdad?. En la época en que pinté este retrato yo llevaba ya un tiempo de regreso de una especie de retiro infructuoso de dos años en busca de la inspiración y el sentido de pintar ...o de la vida, no me acuerdo. El caso es que me cansé de no hacer nada y  todavía seguía convencido de que no saber pintar. Ni  cómo pintar ni sobre todo porqué y para qué. Aún no lo se pero he logrado convencerme de que el día que alguien pronunció la frase "hacer de la necesidad virtud" estaba procurandole un lema a gente como yo. Sea como fuere, pintar era algo que me gustaba hacer y empecé a pedir a mis amigos que vinieran al estudio para posar y charlar un rato. Así podía juntar dos de mis actividades favoritas: pintar y divagar. Del resultado de estos encuentros salieron unos cuantos cuadros. Este de Eloísa fué el último. Pero no quedé satisfecho.



Me parecía que no le hacía justicia. Además haber incluído como anécdota el prospecto de la  expo de Nan Goldwin "La Balada de la Dependencia" que tanto a Elo como a mí nos gustaba tanto (no por casualidad) no me parecía suficientemente explicativo de la personalidad del retratado. Me estaba empezando a plantear muchas  cosas  sobre las posibilidades del retrato ...y sobre las limitaciones tambien. El caso es que de la noche a la mañana pinté sobre gran parte del lienzo én busca de una imagen más irreal quizás  pero con un sentido más proximo al sentimiento que yo tenía de Elo y la circunstacia que la marcaba tan significatívamente ( según mi percepción)






Así surgió este "Elo y la pesadilla" con un recuerdo-homenaje a "Los Embajadores" de Holbein.
Durante mucho tiempo el cuadro quedó tal cual . Hay que entender que los "diez años" que tardé en pintar el retrato es un uso muy libre del presente contínuo. Me había cambiado de estudio y ...en fin....muchos cambios. El caso es que seguía pensando que al cuadro le faltaba un elemento muy concreto que explicara la contradictoria circunstancia de la vida de Elo: una mujer cuya belleza era una barrera para una vivencia "cordial" del amor. No porque ella estuviera incapacitada sino porque los hombres quedaban cegados y no llegaban a "verla" realmente. Así que quise pintar un tío en el suelo, víctina y verdugo al mismo tiempo y , como yo me veía muy limitado para inventarme ese personaje, le pedí a un amigo que posara para el cuadro. El resultado fué una catástrofe porque me dejé llevar y la nueva figura se impuso a todo lo demás y ¡tapé por entero todo lo que había hecho con tanto esfuerzo: eloísa, los tulipanes, el perro...TODO! 

Eloísa quedó dormida como una princesa de cuento bajo capas de pintura hasta que un día yo mismo soñé -lo juro que fué en un sueño- que volvía a sacarla a la superficie, a la vida. Así que como un caballero andante armado de quitamanchas y estropajo en lugar de lanza y escudo , me puse a frotar hasta descubrir de nuevo el rostro y la figura de Elo.


elo y los símbolos

Repinté el cuadro casi por entero como veis en la foto. Mantuve parte del experimento anterior en forma de espejo o bola de cristal un tanto maligna y añadí la serpiente y la rama de manzano con la flor y el fruto en representación del candor y la maldad. También tracé un piso por el que caminar fuera pura incertidumbre; en parte porque me lo pedía el cuadro y en parte porque Elo siempre se sentaba como si quisiera mantener el suelo lo más alejado posible de  su cuerpo. Añadí a todo esto unas palabras sueltas de la "Salve" y la imagen de "la Gata Flora" , un personaje del que los argentinos dicen que "cuando se la ponen grita y cuando se la quitan llora". En resumen: demasiadas cosas. Tantas que el cuadro me agotaba tan solo de mirarlo; pero no podía dilucidar si era mi cansancio o el del cuadro. No sabía si estaba terminado pero sí que no podía continuar. 



                                           





Tuve a Eloísa otra vez de cara a la pared durante un tiempo muy largo. Supongo que el necesario para olvidar y superar todo el cariño que has puesto en un proceso costoso y que te nubla el entendimiento cuando has de enjuiciar el resultado. El resultado en este caso no era el que yo buscaba. No digo que el cuadro estuviera bien o mal; es que no era el que yo quería ver. De modo que volví a taparlo. Pinté un paño liso en el suelo y tracé este dibujo con la figura del hombre carnal y ausente que desde un princípio me había imaginado. Quizás  tenía que haber empezado por ahí; sin embargo ocurre que yo he pintado siempre lo que tenía delante e inventarme una figura y meterla en un cuadro era algo que no me planteaba. Así de sencillo, así de tonto.  Hasta que no me quedó más remedio. ¡Menos mal!





Eloísa y el amante imposible



Valiendome del dibujo al mismo tamaño del cuadro pude hacerme una idea muy aproximada del resultado antes de seguir fatigando la superficie del lienzo. La verdad es que estaba muy contento y había recuperado la ilusión en el cuadro. Quedé tan satisfecho que pinté otra figura masculina más. En parte para equilibrar la composición y en parte para darle más connotaciones de vacío a las relaciones expuestas en la pintura.




eloísa y los amantes imposibles






¿Cabía aún darle más vueltas? ¿y porqué no? Los razonamientos obsesivos no tienen en cuenta la lógica. Al cabo de otro tiempo más me dió por pensar que la alfombra era demasiado vistosa y que se comía la importancia que quería darle a las figuras así que la pinté de un verde oscuro  casi uniforme y en la esquina superior metí una lámpara doble jugando al equilibrio en primer término para acentuar la perspectiva y , de nuevo, "la Gata Flora" , esta vez adoptando la forma de mi gato "Ooshi" que aceptó travestirse para la ocasión.








casi definitivo



Y este es el resultado casi definitivo. Durante meses estuvo colgado en mi casa hasta que un día decidí que la alfombra era muy tristona y aproveché un regalo para decorar de nuevo la imagen. Creo que ya está acabada , ahora sí; pero ya he aprendido a no decir nunca jamás. ¿Porqué iba a hacerlo? Es mi cuadro y estoy en mi derecho. En la actualidad disfruto mucho de esta pintura. Es una presencia buena y de alguna manera lo es porque la encuentro con vida. El cuadro tiene significado para mí y ...¿sabeis qué? ... en el fondo no es por todos estos avatares de historias, cuentos y símbolos... Es porque los colores, las formas, la imagen en su conjunto funciona...y no hay más vueltas que dar. 










lunes, 19 de agosto de 2013

De pinturas y obsesiones.

Este es el útimo cuadro que he pintado. Creo que aún cambiaré algunas cosas pero ya se puede enseñar. Es difícil dar por concluída un obra sobre todo si llevas mucho tiempo con ella y si te has acostumbrado a darle  vueltas. Se convierte en una obsesión. Las obsesiones nos indican que tenemos un problema y que buscamos la solución donde no puede haberla. Por eso la única manera de zafar es darle la vuelta al cuadro (o al problema) y mirar para otro lado durante el tiempo necesario para olvidar. Sólo de esta manera se podrá abordar el problema (o el cuadro)  de forma distinta y posiblemente conveniente:





Noli  me  tangere
 

Empecé con esta pintura hace más de un año. Su historia es la siguiente. Cerca de donde vivo hay  (había) un restaurant- merendero con un bonito jardín y una pradera con juegos para los niños. Coronando la pradera un gran rosal crecía  (y sigue creciendo) asilvestrado. La primavera fué muy lluviosa y  dió ocasión a  una floración extraordinaria.  Casi todos los días pasaba por delante de la verja del merendero y lo veía cuajarse de rosas color magenta sin que pareciera agotarse nunca. Un día pasé a pedir permiso para entrar en el recinto y sacar unas fotos con la luz de la primera hora, que era la que me gustaba, y me lo dieron . El restaurante estaría cerrado pero me indicaron por donde podría pasar si me apretaba un poco. Ahora mientras escribo esto me pregunto si el amable hombre que me atendio sabría ya en aquella fecha que el sitio iba a cerrarse definitivamente no mucho tiempo despues. Yo aún lo visito de cuando en cuando y entro por el mismo hueco que me enseñaron.




foto que es un pálido reflejo


Fuera del recinto pero no muy lejos de este primer rosal crece otro, este sí completamente salvaje. De vez en cuando recibe las atenciones de los equipos de limpieza que se ocupan de la zona y que lo dejan pelado al ras; pero siempre retoña con muchísimo vigor y lanza desde las raíces sus nuevas ramas hacia lo alto y las deja caer desde dos metros formando una montaña-cascada llena de florecitas blancas tras las que  se guarecen los pájaros.



pues eso


Hacía tiempo que quería darme a mí mismo un homenaje con la pintura así que preparé dos lienzos del mayor tamaño que en mi estudio cabe manejar  y me dispuse a sacar sendos retratos de los dos rosales... pero no encontré el camino de ninguno. No durante lo que restaba de primavera, ni en  el verano completo; ni siquiera el otoño ni el invierno que vino despues.




rosal blanco de cola
 


Creo que el problema estuvo en que creía tener las ideas muy claras pero esas ideas  no  funcionaban en el lienzo. Esto ocurre muy a menudo, por lo menos a mí. Y no era capaz de buscar soluciones distintas porque estaba obsesionado. Pensaba que para ser fiel a mi idea de los rosales  tenía que mantenerme  fiel a la primera impresión. Confundí la primera impresión con lo primero que me salió. La verdad es que perseveré bastante hasta que la suerte intervino en mi ayuda y me ofreció dos buenas opciones.




rama de rosal silvestre

Para el rosal blanco utilicé el método clásico: olvidarme de él. Giré el lienzo y estuve meses sin mirarlo hasta que un día buscando algo para pintar (hasta ese punto me había olvidado) le dí la vuelta y el cuadro me vino entero y completo a la vista con todo lo que estaba mal y con lo que debía de intentar si quería ceñirme a la energía  que lo inspiró. La verdad es que me puse a pintar  un poco a lo loco porque la tarea era excesiva para lo que yo sé hacer pero la cosa funcionó y el rosal salió como un borbotón, atropellando los límites del cuadro. Tal y como tenía que ser.



rosal rojo detalle del dibujo

El rosal rojo contó con la ayuda de una buena amiga mía que también es pintora. Yo estaba obcecado en mantener el talud y el murito que  marcan el final de la pradera donde está el rosal. Quería situarlos más lejos y poner por allá unas figuritas haciendo no sé qué cosas. La idea era sugerir la convivencia de lo que ocurre y  de lo que pasa, del ritmo tan distinto  que tienen los aconteceres y en cómo podemos reparar en ello o dejarlo correr. Por eso quise poner al rosal, tan quieto él,  envuelto en su espléndido manto de flores, pasando inadvertido de los otros habitantes del cuadro... pero no del espectador. Lo que ocurrió es que no me dí cuenta de que había hecho coincidir la copa de rosal con la línea de base del talud de tal forma que uno parecía suspendido pesadamente encima del otro. Visualmente era un desastre pero para mí resultaba un problema que   no podía identificar. Como no quería renunciar al talud, en donde ocurrirían tantas cosas, no podía enfrentar el problema ni mucho menos dar la solución adecuada: derribar aquel muro. Menos mal que mi amiga pintora me lo hizo ver. Entre tanto y como hago tan a menudo cuando algo no me sale,  merodeaba en torno a la imagen tanteando tal cosa o tal otra a ver si sonaba la flauta. Es una estrategia en la que me enredo  cuando veo que el cuadro se me cae.Y a veces funciona pero sólo en apaños. Así coloqué la figura del dormido y un poco más tarde la de la mujer de pie junto a él.. Esta segunda figura iba a estar tumbada a su lado pero despierta. Sin embargo el conjunto era muy pesado y me pareció más interesante levantarla y hacer que mire al hombre.Uno no sabe si va a arrodillarse junto a él o si por el contrario está harta de su ausencia y le está echando la última mirada antes de irse. 



Retrato a lápiz de Enrique Cordovez, mi modelo para el himbre dormido


Creo que fué por aquél entonces cuando vino la Providencia a quitarme la venda: ¡Menos mal! En el momento en el que quité el talud el cuadro empezó a funcionar aunque con la inclusión de las dos figuras en primer témino la atención sobre el rosal se perdió. Las figuras antropomórficas tienen un efecto imbatible en la psique del espectador.




primer paseo con "Curra"
 

Substituí pues el talud por un prado y no me fué nada extraño plantar unos almendros en flor y un precinto de los de "no pasar" Esta imagen me resulta muy familiar y como asociación me perturba siempre que la encuentro. Es un "mírame y no me toques" Una invitación al placer y una restricción débil, estúpida, que sólo está en nuestra cabeza si decidimos hacerle caso. Entonces fué cuando decidí incluir a la niña. La quise  justo en esa edad en la que pensamos que las cosas dejarán de ser inocentes. Pero para ella aún lo son: por eso recoge la cinta sin tener ningún cargo aunque el gesto es como de quien levanta una pistola. Iba a utilizar como modelo la carita encantadora de Claudia, que está justo en ese momento.



wanted


 No se dejen engañar por su expresión: si el bebé de foca la contrariara sería capaz de destriparlo a bocados en un periquete. ¡Ah los niños! Para cuando la foto de Claudia llegó ya tenía hecha una cara que salió solita de los pinceles y me dió pena borrarla. Pero estoy seguro de que voy a pintar a Claudia en otra ocasión porque la adoro.

Por último pinté a la urraca, que es un pájaro que me entusiasma con su plumaje de arlequín y su alma de carroñero y le hice graznar el título del cuadro "Noli Me Tangere"  ¡No Me Toques!  Desde que recuerdo haber visto el cuadro del Giorgione y luego tantos otros que hay con el mismo motivo, esta es una de las historias de la Biblia y fuera de ella que más me perturba. María Magdalena llora desconsolada por Jesús, al que cree muerto y de repente le ve, le tiene ante sí y corre a abrazarle (en realidad según toda la iconografía se arrastra)  Pero Jesús levanta el brazo y le espeta "!no me toques!"  ¿Se puede ser más cruel?



del Giorgione o de Tiziano

Esta historia sólo aparece en uno de los cuatro evangelios. Esto y el hecho de encajar tan poco en el "perfil"  generoso de la imagen de Cristo me la ha hecho siempre enormemente misteriosa. De repente me dí cuenta de que en el cuadro había pintado mi propia versión. El hombre está dormido y ajeno a todo el esplendor que le rodea y la mujer no puede comprender porqué. No es la primera vez que me ocurre que en un cuadro veo o adivino interpretaciones que no estaban previstas..





Cora observa mientras pinto su retrato



 Hace años despues de haber terminado el retrato de Cora se me antojó que había pintado un retrato de la Virgen María pasmada en plena anunciación. Algúnos años más tarde pinté un cuadro del jóven trío formado por Lucía, Diego y su beba y al tenerlo enfrente se me antojó una Sagrada Familia.




Lucía, Diego y la pequeña Emilia






Solo son imaginaciones con las que espero no confundir a nadie ni menos aún molestar y si lo hago pido perdón desde el respeto de un no creyente`por los que sí que ceen. Yo no le doy importancia. Por eso mismo me pareció gracioso sin más el día que me dió por ver en un cuadro totalmente fantasioso que acababa de bosquejar con la figura de mi madre en el cuarto de estar de mi casa, de nuevo una anunciación Esta vezdesde el punto de vista de la jóven María con Santa Ana despistada al fondo... y de nuevo el precinto...




escena doméstica



Aún tengo otra vuelta de tuerca del mismo tema del "noli me tangere". La frigidez de los sentimientos lo ofrecen todo pero sin dar nada. "Toma lo que quieras, yo no estoy aquí"

Cuando me dí cuenta de todo esto que estoy contando volví a investigar en el significado del texto. Tampoco mucho porque tengo la idea de que las historias que pasan a ser del acervo popular no es necesario ir más allá de la interpretación  que todo el mundo maneja porque entonces dejas de darle el significado compartido. De modo que con la Wikipedia me pareció suficiente. Allí me enteré de que el Evangelio de San Marcos fué escrito en griego y que en su acepción original el despectivo "no me toques " podía ser más bien un "no te aferres" o un "déjame ir". Cristo sufre por el dolor de María Magdalena en su apego hacia él y se le presenta para pedirle con el máximo cariño que abandone su obsesión.




el rosal rojo ahora