Son las 6´20 de la madrugada. Día 17 de Febrero de 2015. Martes. LLevo despierto un buen rato, suponiendo en la oscuridad que el despertador debía estar a punto de sonar. Pero no. He soñado con mi amiga Maria Luisa y de nuevo con una casa muy grande en la que me pierdo. He soñado que estoy solo rodeado de gente que no lo está. Me aburro de soñar lo mismo noche tras noche y también de tratar de convencerme de que sólo se trata de sueño; así que me he levantado y estoy tomando café. A lo mejor hasta me animo a ir al estudio a darle al ordenador. Tengo que borrar un montón de fotos. Es como soltar lastre.
Pero de momento estoy en el sillón, escribiendo... y Ooshi se sube en mi regazo. Calienta mi tripa y ronronea. El tamaño de este nuevo cuaderno nos viene mejor a los dos. La vida de este gato es una tontería. No va a ninguna parte. En sentido literal y figurado. Gaspar deja su butaca y viene con nosotros. Apoya su espalda en mi pierna, me mira y bosteza de forma manifiesta antes de seguir durmiendo. Reconsidero lo de que la vida de Ooshi sea una tontería. Me da cariño y recibe el que yo le doy. Eso es la Vida en este mundo. Es un traspaso de energía. La mayoría de las veces es un intercambio bastante torpe - por decirlo de manera suave- Otras veces es un intercambio egoísta y por interés. Pero es un intercambio de dos seres que están vivos a la par y se conectan para decirse el uno al otro: "hey, aquí estamos"
Puede parecer un poco poco pero es lo que hay. No hay más. Lo cierto es que cuando ese intercambio se produce de manera plena, limpia y generosa la vida se colma. Y adquiere un sentido irrefutable.
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