Dicen que los pintores estamos pintando
siempre el mismo cuadro. La gente es que es muy lista. Que le pregunten al
bueno de Morandi que se tiró toda su vida encerrado como el genio de la lámpara
maravillosa en las mismas cuatro jarritas de loza, destapando una y otra vez la
esencia de la pintura más pura que cabe imaginar sin agotarla nunca. Salvando
enormes distancias con el genio de Morandi estoy yo, que no sólo pinto una y
otra vez el mismo cuadro sino “en” el mismo cuadro, sin ser capaz de de darlo
por terminado hasta que de tantas vueltas, de tanto probar a quitar y poner –
más bien quitar que poner- acaba por parecerme que la única solución que me
permite descansar es aquella que lo resuelve en un “no “cuadro, una “no”
pintura, un borrón, una nada.
el mismo cuadro ahora |
Supongo que por eso me gusta tanto pintar el
cielo, la arena y el mar. Es un tema al que acudo con frecuencia y con la misma
frecuencia acabo por dejarme vencer por la tentación de amalgamarlo todo en una
misma neblina en la que apenas se distingue una cosa de otra. Es lo más
parecido a una rendición. Es como si me dijera a mí mismo, futuro espectador de
mi cuadro, “a partir de aquí lo pintas tú...con la imaginación”
gran salina |
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