jueves, 3 de julio de 2014

el lector ensimismado





Cada vez que veo a alguien absorto en su lectura siento el impulso de ponerme a su lado y preguntar de modo cómplice por lo que lee. Es mi espíritu cotilla y envidioso. Si: siento envidia y celos de la intimidad y de la complicidad que se genera entre un buen libro y su lector. Naturalmente  me contengo; pero no por educación, sino porque me falta desparpajo y porque sé que en esa relacción raramente caben tres. De modo que me conformo con mirar. Soy un voyeur de personas leyendo. Sigo el movimiento de sus ojos sobre las líneas. Intuyo las palabras que casi llegan a los labios e imagino o creo adivinar la trama por la postura corporal. Cuanto más limpia es la burbuja en la que se aisla el lector con su libro, más clara y más interesante es la imagen que proyecta. Cuanto mayor es su concentración, más fuerte es el silencio que les rodea, estén donde estén. Es un espectáculo fascinante.

















1 comentario:

ana dijo...

Tú lo has dicho: "es un espectáculo fascinante" a mí me ocurre algo muy parecido con este blog, con lo que leo en tus cuadros.
Saludos,
ana