.Me parece que hay un momento en la vida de todos en el que nos damos cuenta que ya no vamos a ser lo que soñamos o nos soñaron .
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Esa persona estupenda, ese profesional inmejorable, ese amante solícito, ese amigo entregado, ese individuo juvenil...
Reconocemos que hemos tocado techo. Ya no vamos a mejorar y, si ocurriera, no será porque lo hayamos merecido, sino por bendita casualidad o golpe de suerte. Será un extra, un plus, algo sobre venido por lo que estar contento y no más.
. Esto no es resignarse, ni mucho menos abandonarse.
Es aceptar.
Aceptar no es querer aunque se parece tanto que se confunde. Me parece que aceptar conlleva querer. Pero no es un querer ciego aunque puede ser incondicional.
Me estoy liando.
Reconozco que este cuadro no es de lo mejorcito que he pintado. Al menos es lo que opina mucha gente; yo no estoy de acuerdo. Reconozco que razones para sentir así no les faltan; puedo verlo. Pero esto es lo que hay. Puedo pintar otro cuadro pero este es el que es y por más que yo lo quiera, no puedo hacer ya nada por mejorarlo. Resulta que una vez que he sabido aceptarlo, cada vez me gusta más.
Definitivamente.
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el estupor. óleo / lino. 114 x 146 |
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