Kike fotografiando las Casamatas desde el río Grund |
A casi todo el mundo que conozco
le gusta viajar. O hacer turismo, que no es igual; pero no vamos a entrar en
disquisiciones en el primer párrafo , ¿no?. A mí también me gusta aunque por
defecto digo que no. Me cuesta moverme. Siempre me parece que abandono una
rutina a la que estoy a punto de sacar todo el fruto para entregarme de un modo
un tanto tonto y alocado a nuevas sensaciones que tendré que abandonar antes de
tiempo. Es como irse de una fiesta recién hechas las presentaciones. Luego lo pienso
un poco y me doy cuenta que exagero
y que los cambios son necesarios y que hay que airearse y todo eso y también
que ya metido en harina, lo pasaré casi
tan bien como el que más. Sobre todo al volver.
Una de las cosas más notables de
cuando uno viaja es que se fija mucho más de lo habitual en las cosas que se le
ponen por delante. Resulta muy gratificante porque las cosas reaccionan de
forma amable a esa atención extraordinaria y suelen corresponder con su mejor
buena voluntad. Así todos contentos.
Creo que una de las cosas buenas de ser pintor es que, al estar
muy acostumbrado a fijarse en las cosas aún cuando no haya un motivo especial
para hacerlo, esa relación que tenemos con lo que nos rodea es bastante
intensa. Casi igual que cuando salimos de viaje.
Desde que existen las cámaras de
fotos no se entiende ir de viaje sin sacar fotografías de lo que vamos viendo.
Aún más desde que no hay que gastar dinero en carretes ni en revelado. Por
desgracia me temo que tampoco hay que emplear tiempo en organizar los recuerdos
en forma de álbumes, como ocurría con el papel, con lo que me temo que ya ni
siquiera existe ese pretexto para revivir las experiencias del viaje. A veces
pienso que tomar fotografías se ha convertido en un acto reflejo y compulsivo.
Algo que permite aliviar la tensión que sentimos al notar que aquel momento es
irrepetible porque estamos tan sólo de paso.
Kike fotografiando Las Casamatas otra vez |
Exagero. Por supuesto que
exagero. Y no sólo eso sino que además generalizo: estoy hablando por todos
cuando esto que describo es lo que me ocurre a mí. Quizás por eso lo de viajar
no me haga tanta gracia. Me lo tomo muy en serio, me temo. El tiempo pasa, se
va... de forma rutinaria o excepcional... tanto da.
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