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Kakemono es una palabra japonesa que sirve para
designar los montajes que realizan o más bien realizaban en aquel país, para colgar sus pinturas o caligrafías de la
pared. Podría ser nuestro equivalente a cuadros pero hay demasiadas diferencias como para traducir una palabra
por otra.
catalpa |
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Una de las cosas que más me atrae del kakemono es
que no está concebido para quedar colgado y expuesto de forma permanente, de
manera que uno pueda llegar a familiarizarse tanto que deje de prestarle
atención. Al contrario: los Kakemonos están pensados para mostrarlos cuando uno
quiere disfrutar de ellos. Como ir a dar
un paseo por donde se desea, escuchar la música que necesita o citarse con un buen amigo y disfrutar de la
compañía. Luego, igual que uno se despide de su amigo, el kakemono se
enrolla sobre sí mismo y se guarda con
cariño hasta la próxima ocasión. El Tiempo queda implícito de esta manera e
intensifica la experiencia.
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madreselva |
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Supongo que las casas japonesas tradicionales han
favorecido que las cosas sean de esta manera. Sus espacios eran
“multidisciplinares” y los útiles que convertían una estancia en un dormitorio,
un cuarto de estar o un comedor, permanecían guardados hasta que eran
requeridos para su uso. Luego se guardaban de nuevo y se ponía la atención en
la siguiente actividad que marcase el ritmo de las horas o los días.
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argulacho |
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Este ritmo ha sido barrido desde la segunda guerra
mundial y ahora las cosas son mucho más occidentales que en occidente. Los
espacios habitables son inmediatamente funcionales y todo está a la vista y
disponible para no perder tiempo en preparativos. Los kakemonos ya no se montan
como antiguo en largos paños de brocado, linos y sedas porque no hay altura de
techo suficiente y simplemente la obra
pintada se enmarca para que ocupe menos
y quede siempre expuesta. En puridad ya no se les puede llamar kakemonos.
magnolia |
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No me atrevo a decir que las cosas sean peores
ahora; pero desde luego que han cambiado.
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girasoles y trazo |
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Yo tengo muchos cuadros en mi casa (véase “vivir con
cuadros”) y me gusta sorprenderlos y que me sorprendan cuando una luz
desconocida incide sobre ellos y me muestra lo que no había percibido. A veces
soy yo el que se encuentra con el cuadro en un estado de ánimo distinto por cualquier cosa que me haya ocurrido y esto propicia que vea la pintura de forma diferente. Pero generalmente su influencia me pasa desapercibida:
estoy acostumbrado a ellos y mis afanes me llevan de un sitio a otro sin
reparar.
libélula |
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En fin, ya digo que es distinto. No creo que pudiera
elegir. Me gusta que existan tanto los cuadros como los kakemonos.
amapolas |
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Yo
he hecho una apropiación del término que espero no sea del todo indebida, para referirme a una parte de mi obra que no
puedo encasillar cómodamente ni en el apartado de “pinturas” ni en “dibujos”.
Quizás porque tenga de las dos a partes iguales y aún algo más.
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Para no hacer de esta entrada algo excesívamente largo lo dejo aqui. Seguiré en otros post hablando de los kakemonos y de "mis" kakemonos. Como esto es sólo una aproximación parcial he decidido ilustrar la entrada sólo con fragmentos y detalles.
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.Así pues... continuará
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magnolia |
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Para no hacer de esta entrada algo excesívamente largo lo dejo aqui. Seguiré en otros post hablando de los kakemonos y de "mis" kakemonos. Como esto es sólo una aproximación parcial he decidido ilustrar la entrada sólo con fragmentos y detalles.
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vainas de semillas |
.Así pues... continuará
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