jueves, 29 de agosto de 2013

postales de playa







Postales de playa

En el último post estuve divagando,  o desvariando, sobre el final del verano y  el sentimiento de pérdida que luce de lo más bonito en la pechera de los nostálgicos, en cuyas filas busco cobijo a veces con disimulo y a veces sin ningún  recato.







Sin embargo, cuando ya llevo un rato sumergido hasta las cejas en la melancolía, decido que no me gusta esa actitud decadente, quizás porque la conozco demasiado bien, y es por eso que terminé el escrito con una confiada vuelta de tuerca... y no añado más para no hacerme “spoiler”.



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La cuestión es que me fascina que puedan sostenerse las bondades de una argumentación y las de la contraria.








Hace tiempo que no sólo filósofos, pensadores e intelectuales, sino también científicos de toda índole desde físicos a neurobiólogos se han apuntado al carro del “color con que se mira”. Por algo será.








Al principio se decía que la memoria es un proceso de selección; que acontecimientos intrascendentes o muy pesados son borrados de la  memoria o al  menos del relato consciente con el que trazamos nuestra biografía.








Pero ahora se viene aún más cerca y es incluso el momento presente el que modelamos según nos lo contamos con unas u otras palabras. Por simplificar: lo del vaso medio lleno o medio vacío que toda la vida se ha dicho.







Puestos a elegir prefiero colocarme del lado de los que teniendo sed, algo tendrán para echarse al gaznate;  aunque reconozco que las veces que la vida se obstina en atragantárseme, me cuesta no toser, lo mismo que al más pintado.








¡Y ahí quería yo llegar: al más pintado!  A reivindicar que antes de que científicos y filósofos se pusieran de acuerdo, antes mucho antes de “La Vida Es Sueño” los pintores y dibujantes desde las  cavernas y ya sabían que tenían que elegir para poder pintar.




Construimos nuestra realidad por las decisiones que tomamos. Sencillamente no podemos poner en un lienzo o en un papel (o en una pared de piedra) todo lo que sabemos o intuimos que está ahí.







Pintar o dibujar no es pericia manual, no sólo... casi apenas...  Es cuestión de distinguir entre todo lo que la realidad te ofrece qué es lo que estás viendo.


Pregunta luego porqué... si quieres.



 


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