28 de Agosto. 8 de la mañana
Agosto se termina. Se lo lleva agarradito de la mano la Nostalgia que acompaña al Tiempo que se nos va. Especialmente cuando se trata de un Tiempo que sabíamos que llegaba para no quedarse. Agosto es una visita que se queda un mes. ¿Es suficiente? Basta el primer día nublado para tener la certeza de que no.
Se tiende a reparar en el paso del Tiempo en momentos como estos. En los aniversarios, con el cambio de año, con el paso de una estación a otra... hasta los domingos por la tarde nos dejan su pellizco. Cualquier cosa para la que podamos anticipar un final nos dejará un pocito de tristeza en el ánimo.
Pero ninguna es comparable a la que crea el contraste entre el esplendor del primer día de playa con la bruma del primer día gris, cuando nos decimos muy bajito: “se acaba el verano”
Hay momentos y espacios que tienen un emplazamiento físico y otro, aún más poderoso, emocional. La playa, el verano, las vacaciones... comparten un mismo ámbito en mi imaginario; y creo que tambien en el de muchos. Quizás sea una impronta que nos dejó la infancia. Da igual. Yo no puedo separarlos ni encuentro sentido en hacerlo. Ahora hay veranos en los que no hay vacaciones, ni playa. Se en cambio que puede haber playas fantásticas en pleno invierno y , en fin: que hay posibilidades y variaciones mil.
Pero sigue prevaleciendo en mi ánimo la del horizonte intensamente luminoso del tiempo en el que la principal actividad será estar con uno mismo desnudo frente al mar.
Especialmente el primer día
Aún cuando desde ese primer día aventuremos el final.
Hay momentos y espacios que tienen un emplazamiento físico y otro, aún más poderoso, emocional. La playa, el verano, las vacaciones... comparten un mismo ámbito en mi imaginario; y creo que tambien en el de muchos. Quizás sea una impronta que nos dejó la infancia. Da igual. Yo no puedo separarlos ni encuentro sentido en hacerlo. Ahora hay veranos en los que no hay vacaciones, ni playa. Se en cambio que puede haber playas fantásticas en pleno invierno y , en fin: que hay posibilidades y variaciones mil.
Pero sigue prevaleciendo en mi ánimo la del horizonte intensamente luminoso del tiempo en el que la principal actividad será estar con uno mismo desnudo frente al mar.
Especialmente el primer día
Aún cuando desde ese primer día aventuremos el final.
Y sin embargo... ¿podemos decir que algo se termina cuando tan solo se interrumpe? El próximo verano o aún antes: la próxima vez que en nuestro recuerdo convoquemos los significados que tienen la playa, la ilusión, las vacaciones, incluso la nostalgia.... tan sólo hay que detenerse y rememorar. ¿Acaso perdemos lo que una vez vivimos?
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