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Este post es continuación de aquel que
a finales de Septiembre publiqué con el título de “próximas pinturas” Hablaba
allí de mi costumbre de salir por la mañana temprano a correr por la Casa de
Campo y de otras chorraditas que difícilmente pueden interesar a nadie salvo a
los fetichistas tarados que afortunadamente no se ocupan de personas anónimas. Entonces... ¿por
qué escribes de eso? Quizás te preguntes tú, improbable lector. Pues muy
sencillo, te contesto yo: escribo de cosas sin interés porque no se me ocurre
nada interesante. ¿Qué le puedo hacer si a pesar de todo me gusta escribir?
Además... (Voy a hacerte una confesión onanista)... es que a mí sí que me
interesa lo que escribo. Sé que no es interesante pero a mí sí me interesa. ¿Es
esto posible? Pues ya ves que sí. Debe ser cosa del Ego, digo yo. Tú lo comprendes todo pero aún así no terminas de
entender: ¿por qué entonces no te guardas tus insípidas…loquesea...para la
privacidad de un diario personal? Y yo te contesto que igualmente se lo achaco al Ego y que por otra parte eres realmente ingenuo/a si piensas que esto lo
lee alguien; de modo que efectivamente sí es mi diario personal. Bueno, personal /profesional; porque si piensas que esto es aburrido, ni te cuento lo que
pensarías si escribiera de mi vida estrictamente personal, de modo que vamos a
dejarlo así.
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El caso es que en aquél post anotaba que me
proponía pintar dos cuadros con sendos
motivos- lugares por los que paso por las mañanas durante la carrera. El
primero es el llamado Pinar de las Siete Hermanas. Desconozco porqué tiene este
nombre de cuento y no sé si merece la pena averiguarlo a riesgo de que la
razón sea tan prosaica como mis anotaciones. De momento prefiero creer que el nombre se debe a un motivo que está a la altura de la magia que
tiene el lugar. Que es precisamente la magia que me gustaría poner en el
cuadro.
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El segundo lugar- motivo no tiene nombre, al
menos conocido por mí y si me apuras tampoco tiene magia ninguna. Pero
inexplicablemente, como lo que escribo en este blog, a mí sí que me
interesa. Me produce una sensación especial cada vez que paso por allí y no
creo que lo pueda achacar a mi ego así que voy a pintarlo y a ver qué ocurre.
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De momento estoy con el pinar. Ahora es
cuando debería entrar en materia y contar lo mucho que me está costando meter
árboles de treinta metros en un lienzo de tan sólo 160 x 200, y de los dibujos
que he hecho usando la memoria porque con la vista no me alcanza y de unas
acuarelas en las que el gato se hizo pis
(supongo que no le gustaron) ...pero ocurre que a los pocos amigos a los que
prácticamente obligo a seguir este blog me dicen que los post son demasiado
largos (¡pobrecillos!) así que en consideración a su paciencia creo que lo voy
a dejar aquí.
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dime por cierto, improbable lector/a, cual de las cuatro versiones te gusta más.
2 comentarios:
Para mi es muy interesante conocer el proceso de creación de un artista, me ha encantado el post.
La versión que más me gusta es la última; el pinar desde dentro, me trasmite movimiento.
Un abrazo.
La primera!
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