Ni idea
de lo que estoy diciendo.
Hace unos meses estaba de lo más afanado en
sacar adelante un cuadro que me estaba dando multitud de problemas. Por mucho
que lo intentes y tengas previsto todo
lo previsible las cosas se tuercen y san se acabó. No hay nada que hacer salvo
trabajar, pintar me refiero, y confiar en que la pintura te vaya guiando y tú
sepas atender a sus indicaciones. No es que pintes a ciegas pero casi. Avanzas
por el cuadro tanteando a base de pinceladas y, como ya te ha pasado otras
veces, sabes que es cuestión de tiempo. Pero puede ser muy desesperante. Lo
bueno que tienen estos extraños procesos es que la salida o la resolución
está donde no te la esperabas y el
resultado supone llegar a un lugar donde nunca antes habías estado. Algunos pintores
se meten deliberadamente en problemas porque eso les obliga a ser más
creativos. Dicen. Desde luego no es mi caso. Me fastidia que se me tuerza un
cuadro. Pero son gajes del oficio, cuento con ello e intento, llegado el caso,
hacer de la necesidad virtud. Y por
cierto: es completamente falso eso que dicen de que las cosas cuanto más te cuestan más se
disfrutan al final. Es confundir completamente las cosas. Lo que sí que ha de
ocurrir es que por arduo que se vuelva el proceso en algún momento has de
conseguir imponerte al esfuerzo o a la incertidumbre o a lo que sea que te esté
costando y disfrutar. Disfrutar durante, no
al final...porque si no disfrutas mientras pintas el cuadro eso se va a notar y
es lo que el cuadro mostrará. Un cuadro terminado en esas condiciones no lo
quiero para mí.
Lo siento, se me fue la cabecita. En fin: que
mientras pintaba ese cuadro tenía en el estudio un pequeño ciclamen blanco que
no dejaba de echar flores durante todo el invierno con generosidad apabullante. Yo pasaba la vista
sobre él lo mismo que sobre los chécheres del estudio sin prestar demasiada
atención, como hacemos cuando algo absorbe toda nuestra energía e interés. Un día, cuando ya estaba totalmente
bloqueado frente al cuadro de mi obsesión lo aparté del caballete y puse otro
lienzo en su lugar. Era un lienzo bastante grande; pero no más que el callado
cariño y sostén que la plantita me prestaba estando allí. De modo
que no me pareció inadecuado pintarla así, tal cual, sin más.
.
. .Por cierto que lo pasé tan grande como el
lienzo y además me salió en dos patadas. Creo que se nota.
1 comentario:
Hola, me gustaría saber si es posible comprar algún cuadro. Saber dónde hay que dirigirse, si tienes un estudio o lugar donde se pueda acudir...
me gustan mucho tus trabajos. Espero respuesta, puedes escribirme un email a monbijoux@msn.com
Gracias y un saludo,
ana
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