Dibujos
por relevos
Después de los días de parón navideño
estoy frío con el trabajo y no se por dónde empezar. Lo primero será saludar al
cuadro donde lo dejé e intentar recuperar qué es lo que quería hacer con
él. Disponer los materiales de trabajo,
los colores, la paleta y los pinceles.
También los cacharros con los barnices y el aguarrás. Hay que saber qué quiero
que sienta la persona que mire el cuadro e ir a por ello y no parar hasta
sentirlo yo.
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Ya una vez en el estudio todo es más sencillo: no hay mucho que pensar
ni mucho que sentir; sólo hay que ponerse a hacer.
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Estoy haciendo un dibujo del mismo
tamaño del cuadro. Con carboncillo. El carboncillo es rápido-, también muy
agradecido. Tosco y noble, no tiene dobleces. Lo que pones es lo que ves de
inmediato y tal cual así queda... Voy haciendo fotos con el móvil cada vez que
termino una fase del dibujo y voy a empezar con la siguiente. Es como si
llegara a un resultado acabado con cada
uno de ellos pues es correcto por sí mismo, aunque sirva de paso al
siguiente. Como una carrera de relevos.
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